Reedición Nº2 – Katty Ko

Uno de los primeros casos que quería regresar a la vida tras la hecatombe de mi blog era el de Katty Ko.

Primero, porque fue mi primera «gran investigación» periodística; segundo, porque demuestra en plenitud aquella frase de Asimov respecto de que los grandes avances no han estado precedidos de un «Eureka«, sino de un «Mmm… qué curioso«.

Para quienes no tengan idea de este asunto, un resumen express: en 2004 se celebró un concurso mundial de modelado computacional de mujeres llamado Miss Digital World. Chile estuvo representado por Katty Ko, una representación virtual de la actriz Katty Kowaleczko, la cual acabó ganando el concurso con una votación arrasadora.

Hubo dudas desde un principio. El modelo era técnicamente deficiente en comparación a otros y tuvo cerca de 10.000 votos de ventaja, en una época donde ni siquiera podíamos achacar el efecto a las redes sociales.

Una noche, mientras revisaba el código fuente del sitio web de Mall Plaza para un artículo de diseño, me topé con algo extraño: una línea que lo vinculaba a Miss Digital World. Más específicamente, una línea que provocaba que cada vez que alguien visitara el sitio, votara sin saberlo por Katty Ko.

A partir de entonces comenzó una serie de indagaciones y descubrimientos sorprendentes, que finalizaron con la certeza de que el concurso había sido amañado, los aprietos en que puse a una empresa de desarrollo… y hasta el despido del diseñador responsable.

Visto en perspectiva casi una década después, hay 3 cosas que me siguen llamando la atención:

1. Fleming olvidó limpiar una cápsula de Petri, Goodyear derramó azufre y yo le di con el botón derecho a una página HTML. Guardando respetuosamente las proporciones, el factor común es el mismo, que todos fueron fruto de la casualidad.

Pareciera que en algunas ocasiones sólo se trata de que la diosa fortuna nos sonría, pero existe otro ingrediente fundamental: la observación. Fleming pudo simplemente tirar por el desagüe la penicilina, Goodyear botar el caucho y yo cerrar el navegador. La experiencia de Katty Ko me dejó una lección muy valiosa… que hay que estar siempre con los ojos (y la mente) bien abiertos.

2. El caso de Katty Ko fue la primera vez que saboreé el estrés periodístico. No sólo por la seriedad de las acusaciones en juego -y sus consecuencias- sino porque debido a un problema en el presupuesto familiar me quedé sin internet, lo que me obligaba a viajar cada día hasta mi antigua universidad para poder proseguir mis investigaciones (mi eterno agradecimiento a Javier).

Ese momento es la primera vez en que pruebas una clase desconocida de droga y, para el periodista, es decisivo. ¿En verdad quieres seguir sintiendo ese vórtice en el estómago y dormir con los ojos abiertos el resto de tu vida, o buscarás alguna actividad más apacible? Yo encontré ese día mi respuesta… y desde entonces vaya que me he ganado cada una de mis úlceras.

3. Pero si un caso como este brindaba emoción, también se debía lidiar con sus consecuencias. Durante semanas cargué en mi conciencia el que debido a mi investigación, alguien había perdido el empleo. ¿Lo merecía? Puede ser, pero también era la señal inequívoca de que lo que haces dejó de ser un juego.

Una última cosa sobre este tema. El maestro Camus hizo notar por ese entonces que -tal vez- lo de Katty Ko fue el primer caso de periodismo colaborativo en Chile. Una labor que comenzaba a delinear la Web 2.0 y el hecho de que los usuarios habían dejado para siempre de ser simples lectores para convertirse en parte viva de una noticia.

Los periodistas perdimos el monopolio informativo para cambiarlo por algo mejor: el periodismo social.

Oh, y una cosa más… Katty Kowaleczko, si alguna vez lees esto, créeme: no fue nada personal. ¡Si te adoro desde que hacías «Arboliris«! (y más aún cuando apareciste en la vedetón).

Así dejo con ustedes, el caso Katty Ko:

24/12/2004 – Algo extraño en Katty Ko

27/12/2004 – Sigue lo extraño en Katty Ko

27/12/2004 – Katty Ko está que arde

28/12/2004 – El dudoso triunfo de Katty Ko

29/12/2004 – El juego de los supuestos

30/12/2004 – Jaque

21/12/2004 – Interrogando a un cadáver

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