Tomando un café en el Mall mientras esperaba a que mi señora concluyera sus compras -lo que generalmente me proporciona bastante tiempo- fijé mi mirada en una chica de unos 11 ó 12 años.
No, no llamen a la PDI. Lo que me llamó la atención fue ver que durante unos 20 minutos estuvo dentro de una tienda de computación, manipulando una tablet en exhibición, con el rostro absorto.
La imagen me hizo sonreír. Cuando tenía su edad, que una mujer se interesara por la informática era algo casi inconcebible. En aquellos tiempos, sólo los ñoños rematados usábamos el computador para algo más que darle una probada al videojuego de turno, lo que nos calificaba automáticamente como los nerds del colegio. La situación se mantuvo así durante varios años; era más fácil encontrarse con un esquimal en la calle que con una mujer en una convención de linuxeros.
(Y por cierto, cuando aparecía una, los presentes la coronaban de inmediato como reina).
Para mi alegría, ya no es así. Hombres y mujeres, niños y ancianos, hoy nos acercamos por igual a la tecnología. Así, en aquella niña curiosa, vi personificado el sueño de la masificación de la informática y del conocimiento. De un futuro más brillante para la humanidad.
Pero de pronto, una duda me ensombreció… ¿no estaría jugando Angry Birds?
Y siendo francos, era un 99.9% probable. Claro, puede que hoy la tecnología sea ubicua, pero la cantidad de adolescentes que recurren a ella buscando conocimiento o tratando de hackear un dispositivo para ver hasta dónde pueden llevarlo sigue siendo igual de baja que hace tres décadas. Si miramos sobre el hombro de cualquier chico o chica con un teléfono móvil, comprobaremos que sus aplicaciones sólo alternan entre WhatsApp, Facebook, Instagram y Candy Crush. No necesitan más.
Puede sonar desilusionante, pero en realidad es la historia de cualquier tecnología popularizada no por ser un medio, sino gracias a su finalidad. ¿No es acaso lo que a muchos nos sucede con un automóvil? No me interesa conocer de mecánica ni tunearlo: sólo quiero que me lleve a donde voy. Si se estropea, ya lo llevaré con un mecánico para que lo repare.
El cambio en la percepción me hizo recordar el escepticismo que me generaba el programa One Laptop Per Child (OLPC) de Negroponte, vagamente popularizado en Chile circa 2005. No me atraía eso de lanzar cargamentos de computadoras desde aviones con la esperanza de que los niños -instintivamente- sabrían sacarles algún provecho. No. Los jóvenes no son por defecto genios informáticos en ciernes, sino personas con menos reservas (léase, temor a romper algo) para hacerse con lo que desean… que en computadores generalmente se traduce en algunos juegos y programas para socializar. No es idea mía, sino de Nielsen.
(Aunque si de algo sirvió OLPC fue para hacerle entender a los fabricantes, y sobre todo al terco Craig Barrett, que había demanda por computadoras portátiles accesibles, lo que dio nacimiento al entonces lucrativo mercado del netbook. Intel debe tener un circuito con la foto de Negroponte en un altar).
Esta diferencia en los intereses de los usuarios me llevó a sostener algunas discusiones épicas con linuxeros talibanes, quienes insistían en complicarle la vida a quienes se atrevían tímidamente a ingresar al mundo del software libre insistiendo en que debían aprender por completo el cómo y por qué de las cosas, en vez de decirles simplemente que pulsaran el botón de la derecha para continuar.
– Así algún día podrán modificar ellos mismos el software- me decían.
– ¿Y quién te dijo que les va a interesar modificarlo?- era mi respuesta.
– Goto line 1.
Y mientras la pequeña perdía interés en la tablet y volvía junto a sus padres, unas mesas más allá de la mía, se me antojó que una analogía similar aplica a la eterna discusión sobre el frívolo interés del público en las noticias.
Ya saben: aquella nota sobre el sistema binominal o la ley de pesca apenas es leída, mientras que el último escándalo de Miley Cirus o el video del gato egoísta acaparan todas las visitas.
(Por cierto, ¿lo vieron?…)
No. La «culpa» no es de nosotros los periodistas, ni del cerco informativo, ni de Disney o de «Morandé con Compañía». De hecho no existe «culpa«. La gente tiene una clara preferencia por el entretenimiento y los medios -que son negocios- gravitan hacia el interés de la gente. El día que la música clásica se vuelva popular, verán programas de TV o secciones completas de los diarios dedicadas a ella.
Porque al igual que con las computadoras, donde más importante que repartir dispositivos es formar profesores que orienten a los estudiantes para abrirles la mente a sus posibilidades, los periodistas tenemos la misión de orientar a la gente, contando -pero no imponiendo- lo que puede ser importante.
Tanto en información como en informática las puertas ya existen. El desafío está en entregar las llaves. Cada cual sabrá cuando y dónde quiere usarlas.
6 enero, 2014 a las 8:57 am
Comparto (y por cierto, notable lo de Nielsen, no lo conocía!) los análisis y conclusiones respecto al uso, pero no me gusta pensar que sólo es una herramienta.
La informática es el futuro en el sentido en el que en pocos años más probablemente TODO estará informatizado. El entender un poco más y mirar más allá te dará una ventaja casi tan brutal como el saber leer o no hoy en día pues será la interfaz frente todo. No ser capaz de entender este fenómeno y reducirlo a «una herramienta más», no es sólo errado, sino peligroso. En la medida que estemos dispuesto a sólo aceptarlo como tal, simplemente seremos esclavo del que realiza la interfaz y ahí sí que poco a poco llegaremos a las distopías que Huxley, Bradbury y Orwell describieron hace no mucho tiempo.
Pero no, ya soy más tolerante con el uso de linux y trato de que la gente parta por lo más simple <3.
Te recomiendo encarecidamente que leas "Program or be Programmed" de Douglas Rushkoff y familiarices con code.org (aunque ya debes conocerlo), sobre el primero, si no quieres comprarlo (es barato en todo caso) puedo prestártelo ;).
[1] http://www.rushkoff.com/program-or-be-programmed/
[2] http://www.orbooks.com/catalog/program/
6 enero, 2014 a las 8:08 pm
Pablo, yo igual concuerdo con el artículo.
Sobre si la informática es una herramienta, yo tiendo mucho a compartir en esa idea, pero es una herramienta especial. Y es especial porque -bien enseñada- no solo permite programar un equipo, sino también promover el uso de las matemáticas, el pensamiento lógico y otras disciplinas.
Pero la «programación por la programación» no tiene sentido si uno no cuenta con una chispa de creatividad y de curiosidad. De curiosidad, porque no solamente se necesita saber que las cosas funcionan sino preguntarse porque e intentar averiguar. Y de creatividad, porque es necesario romper los limites establecidos e ir más. Y ambas cosas son tan necesarias en la programación como en cualquier otra ciencia, disciplina o arte en cualquier momento de la historia.
La gran ventaja de la programación, a diferencia de otras actividades como la mecánica o la arquitectura, es que es posible construir un mundo, modificarlo, borrarlo, dejarlo a medias y seguir otro día, y todo eso sin grandes complicaciones. Uno no puede armar y desarmar un edificio cuando y como quiera, pero si puede hacer eso con un programa.
De ahi que me agrade más lo de code.org, ya que intentan promover la informatica desde el desarrollo de juegos, porque es más interesante que construir una aplicación más formal. El punto es que eso es solo posible desde un sistema profesor-a-estudiante o profesor-a-pocos-estudiantes, muy diferente a la escuela y su enseñanza profesor-a-un-gran-grupo-de-gente.
Pero al final, no necesitamos programadores que se desmoralizen o no tengan esa chispa de curiosidad. Necesitamos personas que no teman en preguntarse porque las cosas son de un modo y no del otro. Que sean usuarios de la tecnología en el grado que les sea comodo o útil (desde la tecnología «transparente» a diseñar y construirla) es un tema aparte.
Arthur C. Clark dijo que “Toda tecnología suficientemente avanzada es indistinguible de la magia”. Lo que necesitamos es gente que quiera conocer y controlar esa magia.
7 enero, 2014 a las 12:53 am
Yo a estas alturas, quizá soy muy loco, pero veo en general el conocimiento de la informática en general (ojo, no sólo programación), algo tan importante como leer. Hace algún tiempo la lectura sólo se reservaba para «algunos» que controlaban todo gracias a eso. No es por la imprenta y la promoción del alfabetismo que se dieron las grandes revoluciones. Al final es un poco del dilema «huevo y la gallina», ¿algunos de los grandes escritores si no hubieran aprendido a leer, diríamos lo mismo? El acceder a la lectura (y seguramente otros factores más) les permitieron ese salto [factor necesario].
A mí lo que me preocupa, es que todos sigan tratando la informática como «otra herramienta más» o cómo hace Christian, comparándola con un auto. Eso permite justamente que violaciones a la privacidad.sean descubiertas sólo ahora. La informática es la nueva alfabetización. Al final, insistir en que es sólo una herramienta es entregarle en bandeja a los estados una de las pocas herramientas que nos van quedando verdaderamente democratizadoras.
El «cómo» es otro tema :P, pero estoy de acuerdo que tiene que ser algo más atractivo.
7 enero, 2014 a las 5:04 am
Pablo, no es que estes loco, es que eres super geek y te cuesta aceptarlo a veces xD
Christian tiene razón con lo del auto, el punto es que toda tecnología debe ser capaz capaz de cumplir con los requisitos de experiencia del usuario, y eso es increiblemente variable. Seguramente a Richard Stallman le gustaría tener un auto enteramente opensource, con todo el código fuente y piezas para poder revisarlas y armarlo DIY. Segurmante a Paul Krugman le interese los informes de masa monetaria, su vinculación con el IPC, el IPCx, los distintos indicadores de desempleo y productividad, y los efectos en la balanza de pagos. Pero también no creo que a Stallman le interese saber la diferencia entre el M1 y el M3, como a Krugman saber si su auto usa Arduino u otro sistema de hardware libre, porque sus contextos de vida son distintos, y por lo mismo sus experiencias de usuario. Como también si hay un geek y economista, seguramente le intersarán ambas cosas, todos somos distintos y nuestra experiencias también. O un geek, doctor y que lee a Krugman…. 😛
Todas las disciplinas son imporantes por si solas, porque amplian el pensamiento y dar marcos adicionales de conocimientos, por lo que cada profesional de una de ellas seguramente dirá que la suya es más importante que las otras. El problema es que la vida es demasiado corta para tener todos los conocimientos de todas las disciplinas, y ningun sistema educativo puede plantearse ese desafio y esperar que sus estudiantes puedan salir alguna vez de clases.
Pero lo que si debe hacer son algunas cosas fundamentales:
– Ser capaz de entregar los conocimientos básicos para el desenvolvimiento en el medio donde se encuentre.
– Ser capaz de hacer lo anterior en un contexto de promoción de un pensamiento individual, que permita que cada uno mediante su experiencia personal pueda evaluar sus intereses y ofrecerle más información.
– Ser capaz de promover la creatividad como forma de creación de nuevos conocimientos, y la curiosidad como manera de dar incentivos a que la gente profundice su interes como sea capaz de crear nuevas cosas.
Yo no dudo que la informática deba ser enseñada porque es la nueva forma de alfabetización (¿quién lo duda en 2014?), pero por si sola es otra herramienta más, ya que saber informatica por si sola no te va a hacer interesar más por los temas de violaciones de privacidad, dado que ello es un tema de derechos fundamentales de las personas, ordenamiento juridico y de política-activismo. Lo que pasa es que en tú caso, como en el de RMS y otros, ambas lineas -política-activismo e informática- se cruzan, como para muchos ambas se mantienen distantes.
Por eso tiendo a decantarme por la programación (como en tu primer comentario, no el segundo por ser un área más extenso) porque es una herramienta que permite enlazar otras dentro de ella: Matemáticas, razonamiento lógico, gramatica y lenguaje, ciencias básicas, etc. Es una forma de con todo el conocimiento que uno tiene, poder usarlo.
Pero al final todo parte por tener un sistema educativo que, mediante herramientas básicas, promueva el pensamiento individual e inquisitivo, las ganas por crear cosas nuevas, y el interes por aprender de manera constante y permanente por la vida.
Necesitamos una educación que no diga que las cosas son de una manera, sino también que señale que -en muchos casos- también pueden haber otros caminos.
Todo lo demás es consecuencia de ello.
8 enero, 2014 a las 6:24 am
En mi opinion en este articulo enlazas dos temas bastante distintos. Pero para comentar sobre el segundo tema, hablas de neutralidad o objetividad en la forma en que los medios ofrecen informacion? La gente pide gatitos y por tanto el deber es ofrecer notas de gatitos? Si el objetivo es ofrecer informacion llanamente, es decir vender informacion sin importar su naturaleza, sin importar su banalidad, solo porque suponemos que es lo que la mayoria del publico consume y paga, entonces dices bien. Lo correcto es dar con la mayor variedad posible notas de gatitos: juguetones, bonitos, dormilones, en fotos, en videos, en juegos, etc. etc. Aunque deberia tambien haber un segmento de personas que se aburren de los gatos y que consideran un sin sentido ese trabajo. Claro que ellos no entienden que los gatitos «objetivamente» generan dinero para el medio.
En lo personal creo que el problema no es si un medio dedica mucho o poco de su trabajo a informacion banal. Creo que el problema es cuando la oferta total de informacion en una sociedad es mayoritariamente sobre temas banales. El problema no es que exista un LUN banal, el problema es que no hay un LUN profundo.
Ahora bien, mi punto es que si lo que buscas es vender, si ese es tu objetivo ultimo, pues vale lo banal tanto como lo profundo. Pero si lo que buscas es construir una sociedad, una nacion o un desarrollo futuro… cosas que trasciendan para ponerlas al alcance de las proximas generaciones, de modo que ellos a su vez se enfoquen en construir el futuro de la siguiente generacion, entonces estas equivocado. Porque vender lo banal te puede hacer rico, pero no te hara mas inteligente para resolver los problemas del futuro, ni te conducira hacia el camino del desarrollo.
13 enero, 2014 a las 1:52 am
En Argentina lamentablemente no se enseña Informática… Y en la CABA donde sí se estaba enseñando «camuflada» se va a eliminar con la reforma de la secundaria…
Si quieren saber más sobre el tema, los invito a leer:
http://paraquesepan.blogspot.com.ar/2014/01/2013-un-ano-de-lucha-por-la.html
16 enero, 2014 a las 9:16 am
Hola, soy nuevo en estos entornos y por eso prefiero preguntar antes de tirarme al a piscina. Estoy pensando en crear una web y para ello busco un hoster. Me ha llegado una promo de una empresa que no conozco, Gigas, que si meto este cupón SOPBQVKER1F08 me sale la máquina por $66 para 6 meses, pero como tengo que contratar por 6 meses y no lo conozco quería preguntar si alguien la conoce y si la recomienda, ya que sólo tengo el cupón activo hasta final de mes.
Gracias!!!