En la antigua Grecia, lo último que podrías querer hacer era enojar a un Dios. Y en realidad, que te mataran era el menor de los problemas. Un dios molesto podía ensañarse con un castigo eterno como hicieron con Sísifo, quien por pasarse de listo fue condenado a llevar una roca montaña arriba una y otra vez sin poder nunca completar su tarea.
Desde luego, nadie volvió a ver jamás al pobre Sísifo… algo que se me antoja muy similar a los castigos de los dioses digitales de la actualidad.
O quizá, de «el» dios: Google.
Según cuenta este miércoles Mashable, el prometedor sitio de letras de canciones RapGenius se metió en un tremendo lío tras intentar sacar ventaja a sus competidores usando tácticas que podrían considerarse, a lo menos, cuestionables.