El fiasco del cabildo ciudadano que condenó los adoquines patrimoniales de Concepción

Edificios Invisibles | Google Maps

Edificios Invisibles | Google Maps

Este miércoles en la noche participé del primer cabildo ciudadano organizado por la Municipalidad de Concepción. En la ocasión, se debatió si los históricos adoquines de calle Rozas debían conservarse o si estos se removían para pavimentar. Mi postura era por la conservación y mejora de los adoquines, sin embargo ganó la opción de pavimentar por el voto de 36 hogares contra 16.

Inicialmente la idea de realizar un cabildo ciudadano vinculante me pareció excelente, pese a que sabía de antemano que la idea de conservar los adoquines no era popular. Si democráticamente se decidía eliminar esta parte de nuestro patrimonio, lo lamentaría, pero habría que aceptarlo.

Por desgracia, lo que pudo ser una iniciativa histórica para nuestra ciudad, acabó convertida en un fiasco.

Hace ya 3 años que vivo en uno de los edificios ubicado en Rozas 1465, frente a la Plaza Condell, en una de las 3 cuadras que serán intervenidas. Para mi sorpresa, sólo en el mismo cabildo me enteré de que yo no estaba habilitado para votar ya que nuestros edificios habían sido considerados parte de Lautaro, la calle perpendicular a Rozas.

– En Rozas sólo está el liceo Andalién – me replicó el funcionario municipal.
– No es así. Hay 4 torres de las que 2 damos a Rozas, tenemos numeración de Rozas y entramos por Rozas.
– Su edificio queda en calle Lautaro.
– Oiga, discúlpeme pero no me va a decir usted por dónde entro a mi casa todos los días – protesté.
– No lo consideramos porque es una porción de calle muy pequeña.

Desde luego, el funcionario se molestó cuando le dije que cómo no iban a tener dos dedos de frente para hacer bien el catastro de vecinos. Y lo sigo sosteniendo: si no eres capaz de ver dos edificios de 14 departamentos cada uno, que ocupan la mitad de una cuadra, con puerta peatonal y salida para vehículos, es porque tienes un serio problema cognitivo.

En serio… por favor, visita a tu médico.

Como resultado de tamaño error, 28 departamentos quedamos excluidos de la votación, pese a que la calle por la que transitamos todos los días será afectada, es decir, casi el 20% de quienes se debió habilitar para el voto.

Pero eso no fue todo. Si bien el cabildo era para decidir si se conservaban o no los adoquines de calle Rozas, se habilitó para votar a los vecinos de calle Heras, paralela a la nuestra, la cual se encuentra pavimentada. ¿Por qué? Porque en el proyecto también se contempla la reparación sólo de las veredas de dicha arteria.

La ecuanimidad de las posturas entonces se vio seriamente intervenida. Era obvio que los residentes de Heras tenderían a aprobar el proyecto de pavimentación, porque en la práctica su voto decía: «¿quiere que le reparen las veredas o no?». Claro. Hasta yo habría votado que sí.

Finalmente, si quitamos a los vecinos de Heras y dejamos sólo a quienes habitamos las 3 cuadras de Rozas que seremos afectadas, tenemos que el cabildo se realizó ignorando la opinión de un tercio de los vecinos. Suficiente para haber dado vuelta el resultado, pero ya nunca lo sabremos.

Ahora ya no hay nada que hacer. Algunos vecinos protestaron indignados que todo el asunto se había «cocinado» en favor de la pavimentación, debido a los intereses económicos y políticos en juego. Incluso el alcalde Álvaro Ortiz reaccionó tan a la defensiva como un gato de espaldas cuando se le presentó el problema de los vecinos que quedamos fuera, pensando que se le insinuaba manipulación del proceso.

No. Yo no creo que haya habido mala intención (al menos no me consta). Si seguimos el principio de Ockham, entonces la respuesta más simple es la más probable: el problema fue de pura incompetencia por parte de los funcionarios a cargo de llevar a cabo el catastro de vecinos. Una situación muy propia de nuestro pueblo chileno, donde prima la ley del mínimo esfuerzo y el «terminemos-rápido-para-ir-a-ver-el-partido».

Lamentable por la pérdida irreparable de nuestro patrimonio histórico en un barrio considerado patrimonial, pero aún más lamentable por la pérdida de confianza de quienes pensamos que -realmente- esta sería una instancia donde valdría nuestra opinión como ciudadanos.

La próxima vez no me molestaré en ir a perder el tiempo.

Este artículo apareció primero en los blogs de BioBioChile

5 comentarios

  1. Pero qué nefasto! Realmente! Y lo peor es que claro, ya estamos acostumbrados a barrabasadas como éstas… pareciera que buena parte de los chilenos seguimos la senda de Máximo Chámbonez (personaje de historietas del legendario Themo Lobos, que intentaba vivir la vida fácilmente pero que siempre dejaba la escoba). Y lo verdaderamente horrible, es que te disuadieron de seguir participando (aunque esta vez no participaste), en una clásica movida de generar desidia ante la incompetencia aparentemente sin fondo del sistema…

    Demonios.

  2. oye Christian y sabes qué harán con los adoquines? si bien se interviene el patrimonio, podría por último ser reinstalado en algún lugar para poder apreciarlo.. un lugar que no tenga una pavimentación al corto plazo, o mejor aún en alguna sección de un parque, fuente de agua, etc.

  3. Según me comentaron fueron 100 familias excluidas por el error; pero te faltó decir que los que estaban a favor era los de tercera edad, cuyo opinión fue a favor para evitar caerse en los adoquines.

    Entiendo que la situación moleta y no agrade a todos, pero al menos me parece que aquellos que han visto la ciudad pasar frente a sus ojos, también merecen que se los escuche, aunque se pueden arreglar con varias soluciones las calles, era su opinión respetable.

    Los adoquines podrían quedar en el cementerio, por ahora los guardarán, pero por ahora no tienen destino para ser usados, aunque sería buena idea la de la conceja Alejandra Smith.

    • El problema no es que a ellos no se les fuese a escuchar, sino que simplemente se excluye a una gran parte que al igual que las personas de tercera edad que mencionas, también tienen ese derecho.

      Lamentablemente este tipo de actitudes (por llamarlo de alguna manera), se repite en muchos otros escenarios, donde como bien se menciona, el «hagámosla cortita» prima.

      Respecto al destino de los adooquines, no dudo que pocos serán los que se salven, ya que estoy casi seguro que también será más fácil que pase una máquina con un martillo percutor que retire las piedras, antes de estarse preocupando por el destino de estas.

  4. Que malo sería pensar que dichos adoquines terminarán en el nuevo acceso a la casa de un alcalde o concejal… sería muy feo pensar así, como también lo es armar un «pack» en la votación, de cosas totalmente dispares y que una arrastre a la otra.
    Sobre la opinión de los mayores a votar para no caerse en el adoquín… si miras a países en que la cultura arquitectónica y urbanística de la zona se cuida, como por ejemplo grandes y pequeñas ciudades de Europa, sacar los adoquines sería algo impensado y fuera de toda discusión; es más cuando vas a cambiar la puerta o ventana de la fachada de tu casa, el municipio llega con una carpeta de todos los modelos a los que puedes optar para no romper la estética del lugar… y por último… la población de Europa es bastante más vieja que la nuestra (un mayor % de tercera edad) y ellos no alegan por sacar los adoquines pero si lo hacen cuando las veredas están malas….

    Sobre el funcionario, no creo que lo haya hecho a la rápida, deben haberse tomado al menos un par de meses de estudio con dedicación completa a ver cuales eran las casas que daban a Rozas… lo que sucede Christian, es que en Chile cada quien hace lo que se le ocurre, total, nadie hace nada y nadie reclama nada porque todos los procesos están hechos para que desistas de hacerlo. En otras partes (lugares serios, no en Chile que es un circo), con una cuenta de tu casa indicando tu numeración habría bastado para detener el proceso e incluirlos a todos en la votación.