«Muchos años después, mi padre hojeó uno de mis libros y dijo, «¿Cómo aprendiste todo esto Isaac?».
«De ti, Papá», respondí.
«¿De mí? Pero si yo no sé nada de esto…»
«No necesitabas saberlo, Papá», le respondí. «Tú valorabas el aprendizaje y me enseñaste a valorarlo. Una vez que aprendí a valorarlo, el resto vino por sí solo».
(Isaac Asimov en su autobiografía «Ha sido una buena vida»)